El año pasado por estas fechas estaba totalmente sumergida en un viaje
de adoslescentes quinceañeras, paseando nuestros cuerpos guiris por todo
Nueva York al ritmo de risas y buenos momentos. Como se suele decir, un
viaje para recordar. Y supongo que cada uno de mis amigos-neoyorkinos
tendrá diferentes recuerdos "especiales" de aquellas tres semanas. Yo
escribiría Snafu, Coney Island, Pizzas de un dollar, siestas en Hyde
Park, ¿Really?... bueno, mi lista interminable la dejamos para otro día.
Unos días antes al 11S de 2011, mientras andabamos por la Universidad de Columbia, vimos uno de los jardines
lleno de banderas estadounidenses, patriotismo pensé... pero, ¿Tantas?.
Esa misma tarde nos acercamos a la Zona Cero, nos habían dicho que al
lado de los nuevos rascacielos había un centro comercial que tenía ropa
interior muy barata. Y en busca de los Calvin klein que nos fuimos.
Al salir de Wall Street, después de subir escaleras y equivocarnos de salida, aparecimos al lado de una Iglesia Romana Católica, Saint Peter, si no recuerdo mal... muy al estilo neoyorkino de pongo la Catedral de St. Patrick en medio de Dior, Channel y Tiffany's. Pero, las impresiones arquitectónicas también las dejamos para otro día. De las rejas de la iglesia colgaban miles de lazos blancos escritos con nombres, dibujos, fotos grapadas, flores, y un mensaje: Remember to Love.
Por unos minutos, los móviles no sonaron, los coches dejaron de acelerar, la gente no gritaba, y el ruido de Wall Street se quedo callado, esperando. No creo que ninguno pudiera leer más de tres o cuatro mensajes. Supongo que ahí, en esos momentos, dejamos de vivir nuestra propia película americana, y nos dimos cuenta que estaba cerca el 11S. Es curioso como vivimos todos esos días al margen de aquello, como nadie se dió cuenta de los carteles que anunciaban las diferentes ceremonias conmemorativas, o los homenajes que había por todas las calles.
Después volvió el ruido, y a lo grande; grúas, andamios, grandes vigas de hierro, escombros, polvo, una valla... y et voilà, nuevos rascacielos. Y digo que el ruido volvió a lo grande, porque no podíamos parar de pensar en el ruido o el olor que habría en esas calles 10 años atras. Como he dicho, sólo lo pensábamos, porque esta claro que nadie podía imaginarlo.
Dos o tres días después, el 11S, algunos de nuestros amigos decidieron volver a la Zona Cero, para ver "el ambiente" y asistir a la ceremonia de recuerdo a las víctimas. Yo me uní al otro grupo, decidimos alejarnos del bullicio del centro y pasear por Hyde Park. Una de mis amigas decía que no podría estar allí viendo a la gente llorar, y recordando lo ocurrido. En mi caso, no sé si hubiera podido, pero sí supe que no quería vivirlo.
Ese día Nueva York se vistió de gala, las luces de Times Square, de la 5ªAv o del Rockefeller Center, quedaron deslumbradas por dos haces de luz que apuntaban al cielo y que simulaban las dos Torres Gemelas. "The light towers" ese fue el mejor recuerdo que me pude llevar de la ciudad de los rascacielos. Supongo que ese día daba igual donde estuvieras, cuando las luces se encendieron, todo Nueva York miró hacia arriba y revivió aquellos sentimientos.
En el primer año de carrera, mi profesor de redacción periodística, Pedro Sorela, decía que no tenemos que aprender a escribir, sino a ver. Que, como periodistas, debemos aprender a leer, y lo que es más importante, a pensar. Y años después, puedo darle la razón, y decir que todo esto sólo se aprende de una manera: mirando. El 11 de Septiembre de hace 11 años, era la primera vez que no se veían Los Simpsons a las 2.30 de la tarde en mi casa, se comía en silencio, algo raro, sólo se escuchaban las noticias.
No me quedó más remedio que "mirar", sí, supongo que ahí empecé a abrir bien los ojos, a ser consciente de lo que pasa fuera de nuestro pequeño mundo. Años después ví documentales, leí algún libro, e intenté comprender, aunque el resultado ya os lo imagináis. El año pasado, en Nueva York, volví a mirar, y quizás aprendí a empatizar un poco más. Hoy
es el 11º aniversario de los ataques terroristas a las Torres Gemelas, no he podido evitar volver a ver las fotos de mi viaje, y he vuelto a pensar en el ruido al leer aquel.. "Remember to Love".
"Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada" (Saint-Exupery)
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